NUEVO PUNTO DE VENTA: 4ECO MÓSTOLES

NUEVO PUNTO DE VENTA: 4ECO MÓSTOLES


Estoy como una niña con zapatos nuevos, y es que algo que me encanta de esta aventura en la que me he embarcado, es que vivo con mucha ilusión cada pasito que doy, así que tengo que compartir con vosotros, con una gran sonrisa, que tengo un pequeño rinconcito en esta nueva tienda de Móstoles: 4ecoMóstoles, que sobre todo se dedica a vender productos de limpieza biodegradables a granel y cosmética natural.

El cuidar nuestro planeta, que al fin y al cabo es nuestro bonito hogar, tiene que ir más allá de la celebración o el comentario de un solo día, porque creo que hay hechos evidentes, como el cambio climático o el consumismo salvaje e irresponsable que forma parte de nuestro día a día y que no tiene en cuenta las consecuencias.


Como consumidora y artesana, quiero pedir y poner en práctica una manera de consumir más ética, justa y sostenible.


El avión de papel origami es un taller pequeño, llevado por mí, que realizo cada pieza de manera totalmente artesanal.

Cada vez procuro informarme más sobre los proveedores donde compro el material que utilizo o la gente con la que colaboro, para que mi trabajo sea lo más sostenible y ecológico posible pero que también refleje mi filosofía de trabajo y de vida, y esta tienda se rige por los mismos principios.

¿Qué podréis encontrar en mi rinconcito? Pues como es una tienda con objetos con corazón y que respetan el medio ambiente, he querido que le acompañen una muestra de pendientes en forma de corazón y de mariposas.

Estos pendientes en forma de corazón forman parte de la colección que he llamado “Corazón de papel” y ¡es que es fundamental poner el corazón en todo lo que se hace!

Pendientes realizados en dos tamaños distintos, unos pequeñitos y pegados que parten de un papel de tamaño 2.5x2.5, y otros un poco más grandes y de colgar. Tanto a Eva como a mi, nos ha parecido un regalo muy bonito para hacer a madres e hijas, pendientes a juego ¿Os gusta la idea?



Las mariposas son animales bellos, pero no solo por su colorido y estética, sino por su capacidad de trasformación y evolución, y eso es lo me gustaría conseguir, cambios para lograr entre todos un planeta mejor.


Como siempre, todos las piezas están protegidas con un producto, en este caso con pátina brillo, para hacerlos más resistentes a roces y salpicaduras en condiciones normales de uso, porque no olvides que el material principal es el papel, por ejemplo no los lleves puestos cuando te vayas a duchar. Ah y ten cuidado al ponerte perfumes, colonias y lacas si los llevas puestos para evitar que se manchen o pierdan el brillo.

Estas piezas requieren unos mínimos cuidados que ayudarán a mantener las características naturales de cada papel, como preservar su color y textura. Cuando no vayas a usarlos, te recomiendo que los guardes en un lugar seco y alejado de la luz intensa.

Intenta proteger tus piezas de la suciedad. Te aconsejo que las limpies de vez en cuando, con un pañito suave pero sin utilizar ningún producto químico o agua. Por ejemplo, yo a veces, para quitarle el polvo de los sitios más complicados, simplemente paso un bastoncillo por los recovecos.


La tienda está localizada en pleno centro, en la calle San Marcial, 15 y eso también me gusta, porque cada vez intento apoyar más a los pequeños negocios de barrio que intentan llevar adelante sus proyectos con mucho esfuerzo e ilusión, como es este caso.

Y es que, yo que soy de barrio madrileño de toda la vida, vamos cuéntame total ;o) tengo muchos recuerdos de peque, cuando salía con mi madre al mercado o a las tiendas de barrio, y echo de menos ese trato cercano y personal, donde al final nos conocíamos todos y las relaciones eran cercanas y naturales, y para mi ese es el encanto del comercio de cercanía.

Cada vez apuesto más por el talento local e intento comprar a pequeñas marcas o tiendas, porque valoro mucho conocer a la persona que está detrás de un producto, poder conocer su esfuerzo, sus ganas, su pasión y su cara de felicidad cuando adquieres un producto suyo…vale sí, hablo por experiencia propia, pero os puedo asegurar que somos muchos así.


Como artesana, tengo claro, que lo bueno de adquirir algo en el pequeño comercio o hecho a mano, es que tiene un valor añadido, porque detrás de cada tienda o producto hay un proceso, un trabajo, imaginación, creatividad, exclusividad, cercanía, puedes saber quién lo ha hecho, en que condiciones, etc.

Además, lo bien que sientan esos ratos de charla con el dependiente, hablando del día a día de cada uno, ofreciendo un ambiente más tranquilo, en el cual es posible hacer las compras sin estrés ni prisas, y es que detrás del mostrador están nuestros conocidos, nuestros vecinos, familias que mantienen sus negocios, incluso desde hace varias generaciones. Personas que llaman a sus clientes por sus nombres y que se desviven por ofrecer siempre lo mejor, y es que conocer al comerciante te ayudará a tomar mejores decisiones.

El comerciante local o artesano solo vende productos que conoce bien y en los que cree, y para mi esto es muy importante, que uno de verdad crea en lo que hace. Probablemente lleva muchos años vendiéndolos y se ha convertido en un experto en ellos, por eso se implica personalmente en explicar sus beneficios a sus clientes, asesorando y dedicando tiempo y mimo a cada uno de ellos. Un trato cálido y humano que genera confianza. Ellos se esforzarán por darte el mejor producto para tus necesidades en cada momento y conocen perfectamente su oferta porque la elaboran ellos mismos.


Hacen que cada barrio se convierta en una mezcolanza de distintos establecimientos, especializados cada uno de ellos en un tipo de producto, las características y singularidad de las tiendas se convierten en una seña de identidad muy importante, animando y dando vida a nuestros barrios, pueblos y ciudades. Lo que ofrecen es a menudo difícil de encontrar en los grandes centros comerciales, en ellos es más difícil encontrar artesanos, marcas locales, o pequeños productores.

Pasear por un barrio con un comercio rico es ver escaparates, sorprenderse con las actividades e iniciativas organizadas por los comerciantes.

Resumiendo, promueven una economía mucho más justa, sostenible e incluso, más social.



Algunos dirán que soy una utópica soñadora, pero a pesar de todo, sigo convencida que todos podemos hacer mucho más para que nuestro planeta esté mejor y eso se puede conseguir cambiando poco a poco nuestra manera de vivir y adquiriendo nuevos hábitos que ayuden a lograr que nuestro medio ambiente esté mejor y que volvamos a estar en sintonía con la naturaleza...¿esto no os recuerda un poco a la filosofía Wabi Sabi de la que os hablé la semana pasada?

Consumir en el pequeño comercio supone una elección, quizá más profunda de lo que nos hayamos parado a pensar. Ir de compras es una de nuestras actividades cotidianas, en la que los ciudadanos tenemos a nuestro alcance una herramienta fundamental de cambio social: el consumo. Como consumidores, último eslabón del sistema económico, tenemos una responsabilidad, pero también podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa. Tenemos la oportunidad de utilizar nuestro criterio de decisión de acuerdo a nuestras convicciones y promover la construcción de la sostenibilidad, a través de nuestras decisiones a la hora de comprar.


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