COLECCIÓN VUELTA AL COLE

COLECCIÓN VUELTA AL COLE



Colección de cuadernos de origami y bolígrafos “Vuelta al cole”. 


Y ¿por qué este nombre? porque así es como me siento cuando vuelvo de desconectar y descansar en vacaciones, como si comenzase un nuevo curso en el que todo es posible, en el que puedo aprender muchas cosas, realizar nuevas actividades, conocer gente nueva…y que queréis que os diga, eso para mi ¡tiene mucho encanto! 



Bueno y también me encanta el otoño y el invierno, con sus colores, el ambiente, la ropa de abrigo, pasear por los parques, ver pelis en casa arropada con la manta, comer castañas…



Y la vuelta a las rutinas, porque aunque cuesta ¡y mucho!, por otro lado, las echaba de menos. Las tareas del día a día, me ayudan a organizarme, a priorizar tareas (o intentarlo) y fijarme objetivos diarios y así tener la sensación de que estoy dando pasitos para conseguir mis objetivos y eso me hace sentir más segura. ¡Que eso, no es lo mismo que el aburrimiento!, ya me encargo yo de tener momentos "espontáneos" de disfrute y darme sorpresas a mi misma.


Además recuerdo que cuando era peque, algo que me encantaba, era estrenar el material necesario para el nuevo curso, entonces ¿por qué no llenamos todo de cuadernos y bolis? Pero si son originales y bonitos, mucho mejor ¿no?

Así que, aquí tienes mi nueva colección de cuadernos de origami, y bolígrafos, para escribir todo lo que te apetezca durante este nuevo curso.


Por un lado he creado cuadernos de origami, así los llamo yo, porque parten de un solo pliego de papel que se va doblando, dándole este aspecto final.


Como puedes ver, en el lateral se crean pequeños bolsillos donde poder guardar tarjetas, notas, fotos…¡y es que yo siempre los tengo llenos de cosas así!


El cuadernillo interior está formado por 30 hojas en color crema, cosidos a mano en el lateral con hilo de diferentes colores y rematados con un detalle de origami.


He utilizado multitud de papeles distintos, italianos (uno hasta viene desde la misma Siena), alemanes, clásicos, con diseños más modernos…¡Eso sí, todos llenos de color!

Están protegidos con una cera especial, con pátina mate, para que sean más resistentes a los roces.

Los he diseñado en dos tamaños distintos, uno más grande, de 14 por 20 centímetros, y otro más pequeño, de 11.5 por 16 cm. Ambos son adecuados para guardar en bolsos, carteras y demás y así llevarlos a todas partes ¡Qué nunca se sabe cuando va a surgir una idea, o la oportunidad de tener que apuntar algo!

Cuadernos de 14x20 cm.
Cuadernos de 11.5x16 cm.
Por otro lado he empezado a diseñar bolígrafos forrados a mano con distintos papeles. Unos con papeles franceses, en los que aparecen distintos motivos de los cuadros de Klimt, y otros con papeles de mucho colorido con motivos de mariposas y formas geométricas...pero ¡seguro que haré muchos más! ¿Con qué temática, motivo o colores os gustarían?

“Escribir no es más que sacar la parte poética que vive en la rutina.” Alejandro Sanz.







Igual que los cuadernillos, todos llevan varias capas de una cera especial con pátina mate, para que se mantenga la textura natural del papel, pero que estén protegido ante roces y el agua.




La verdad es que echo de menos “las viejas costumbres” de escribir cartas y postales, es una manera de recordarle a alguien que te acuerdas de esa persona y que te apetece contarle y compartir con ella lo que te sucede o te pasa por la cabeza. Por lo menos, yo recuerdo con mucho cariño, cuando me pasaba por el buzón con la ilusión de haber recibido otra carta de los amigos, o cuando me llegaba una postal de mi tía contándome cosas de sus viajes…quizás por eso me guste tanto viajar ;o)

¿Por qué no volvemos a escribir? Las postales pueden ser un buen comienzo, texto breve pero que hace mucha ilusión a la persona que le llega. 


¡Yo tengo a millones! Porque las colecciono y además en todas las exposiciones me compro alguna así que ¡a darle una segunda vida! Habrá que estar atentos a nuestros buzones por si cualquier día nos sorprende alguien.








¿Reconocéis el estampado de este bolígrafo, sabéis en qué cuadro de Klimt sale?...pertenece al vestido que luce Emilie Flöge en su retrato.⁠



Se dice que ella fue su compañera de vida. “Ve a buscar a Emilie” fueron las últimas palabras que dijo Gustav Klimt poco antes de morir de un infarto en 1918. ⁠



Dirigía un salón de moda, para el que él diseñaba tejidos y modelos. Defendieron unas prendas que liberasen el cuerpo femenino de la tiranía de la moda, con vestidos de tejidos vaporosos y siluetas más amplias y fluidas que diseñaban para su tienda, la casa de costura Schwestern Flöge (Hermanas Flöge). ⁠

Una curiosidad: se conservan más de 400 postales que Klimt escribió a Emilie, en la que se pone de manifiesto que el pintor le contaba todas las vivencias de sus viajes o sus estados de salud de forma casi continua llegando a mandar a Emilie hasta tres postales en un mismo día. Seguro que le encantaría escribir con estos bolígrafos con motivos de sus cuadros ¿no?⁠





Este otro motivo pertenece al Friso de Beethoven, o como convertir la música en oro; artes plásticas, música y poesía se funden en esta obra para la que se inspiró en la IX Sinfonía de Beethoven, y en la Oda a la alegría de Friedrich Schiller. ⁠










Mariposas de muchas tonalidades, acompañadas por un cuadro de Kandinsky, pintor que intentaba aunar tres grandes elementos en sus obras: sonido, color y sentimiento.⁠
“El color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El color es el teclado. El alma es el piano con muchas cuerdas. El artista es la mano que con esta o aquella tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana”. De su libro “De lo espiritual en el arte”. Bonitos objetivos ¿no? Llenar todo de color y emoción para llegar a lo más profundo de cada uno…⁠
Para él, a través de las formas geométricas, líneas y colores, todo podía ser contado de manera abstracta, provocando emociones igual que nos ocurre con la música. Todos hemos tenido esa sensación de escuchar los primeros acordes de una canción y que se nos ponga el vello de punta y emocionarnos ¡incluso cuando ni entendemos la letra porque es en otro idioma! Eso demuestra que ha conseguido llegar directamente al corazón, que es pura emoción.⁠
¿Pero parece que estas mariposas quieren echar a volar hacia otro lado? ¿Dónde querrán ir? ¿Quizás con otro artista que siempre parecía volar en sus cuadros y en su mundo de ensoñación?⁠




Triángulos con multitud de colores…¿quizás vengan de tocar las teclas de un piano y provocar emociones, como hacía Kandinsky con sus obras?⁠
Están acompañados de un cuadro de Chagall, que era un poeta del ensueño, con una imaginación inquieta que tenía música en su pincel, llenándolo todo de color, movimiento y vida. Creó un mundo donde todo era posible, y lo realizó con entusiasmo y profundo amor por lo que hacia.⁠
“Mis manos eran muy suaves, tuve que encontrar alguna ocupación especial que no me forzara a alejarme del cielo y de las estrellas, que me permitiera descubrir el significado de la vida”.- Marc Chagall.⁠
“Cuando Marc pinta no se sabe si está durmiendo o soñando. Debe tener un ángel en algún lugar de su cabeza”.- Pablo Picasso.⁠
Porque no hay nada más bonito que ser capaz de reflejar tu mundo interior en cada uno de los trabajos que hagas, y además llegar a provocar emociones o sentimientos en los demás. ¡Gran objetivo por alcanzar! ⁠



Escribir a mano puede ser una bella manera de trasformar los sentimientos en letras y palabras, y muchas veces descubrimos muchas cosas sobre uno mismo, parándonos un rato a escribir sobre aquello que nos ronda por la cabeza ¿no? y aunque por trabajo y ritmo de vida, nos estemos acostumbrando todos a utilizar las tecnologías para comunicarnos, creo que el escribir a mano va más allá y es una bonita costumbre que espero y deseo nunca desaparezca.

Solo hace falta mirar a nuestro alrededor para comprender que cada vez más, en nuestro día a día los móviles y la tecnología, en general, parecen haberlo ocupado todo. Estamos enganchados a la tecnología y parece que esto nos hace olvidar las buenas costumbres. 

Se necesita recuperar la palabra escrita, porque si no lo hacemos la escritura podría perderse para siempre y con ella todas las emociones y sensaciones que de ella se derivan.

Cuando somos pequeños lo primero que nos enseñan en la escuela es a escribir, las letras y su caligrafía. Pero estas acaban por verse sepultadas por la importancia de los números, quedando en un segundo plano. La palabra escrita está minusvalorada, por eso es tan importante no olvidarla, recordar que gracias a ella se crean historias.



Y como artesana, todo lo que está hecho a mano, tiene un valor añadido, porque requiere un trabajo minucioso, realizado con mimo, con delicadeza y que tiene en cuenta los pequeños detalles. ¡Qué voy a decir yo!, para mi, es una forma de vida que defiende otra manera de hacer las cosas, donde se pone en valor la creatividad y la dedicación.

Yo creo que la gente es cada vez más consciente de que nuestra cabeza y nuestro corazón necesitan algo más que la eficiencia, la velocidad y la última tecnología, porque aunque  han hecho la vida mucho más fácil, también la han hecho menos creativa.

La escritura a mano ofrece una sensación de calidez, intimidad y cercanía; nos sugiere cómo es la personalidad de quien está detrás de cada trazo de tinta; nos permite pensar más, tachar, volver sobre tus notas, potenciar la imaginación, permite que los pensamientos se organicen y que sean más claros.


“Para mí, el escribir era vivirse, conocerse, ser arqueólogo de uno mismo. Escarbar y, si se escarba, hay de todo dentro de nosotros: el criminal y el santo, el héroe y el cobarde”.- José Luis Sampedro.


Así que porque no empezamos a escribir a mano más a menudo, apuntando todo lo interesante que nos ocurra y que merezca la pena ser recordado...porque, aunque hay que vivir el presente intensamente, siempre es bonito echar un vistazo atrás y disfrutar de un rato de "morriña", como se dice en mi segunda tierra ;o)⁠




Además, como decía Cela, para escribir sólo hace falta tener algo que contar.






Ah, por último ¿queréis saber una curiosidad? Trasteando por internet he descubierto que el día 23 de enero se celebra el día mundial de la escritura a mano.


¡Feliz vuelta al cole!









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