ENCARGO PARA UNA BODA

ENCARGO PARA UNA BODA


Que alguien te haga un encargo porque le ha gustado tu trabajo siempre hace mucha ilusión, pero si además es para la boda de unos amigos....así que si normalmente pongo el corazón en todos mis trabajos, ¡con más motivo!

Cuando la novia se puso en contacto, las indicaciones que me dio fue, que quería hacer los alfileres para las invitadas pero que no quería que fuese "más de lo mismo" y que me dejaba libertad plena para diseñarlos.....¡lo que se dice una gozada! En cuanto hablamos empecé a pensar en como son ellos (ventaja: hace más de 20 años que nos conocemos "un poquito"), que estilo les podía gustar, el sitio donde se casaban.... pero también intenté tener en cuenta que a una boda va todo tipo de invitadas y que lo que le hace ilusión a los novios es pensar que ese pequeño detalle, además de lo más personalizado posible, les gusta a todas....¡o por lo menos intentarlo!


Como la fecha de la celebración era en mayo, ¿Por qué no crear un modelo que recuerde un poco a la primavera, con sus flores? Finalmente creé un modelo que se asemeja a una especie de flor, y más en alfiler, ya que el propio alfiler parece el tallo.


El diseño, no está creado por mi, sino por un autor que me encanta y que hace unas cosas preciosas de origami muy sencillas y con mucha elegancia; se llama "Mandala Tambá- Tajá" de Falk Brito y se realiza con ocho módulos individuales que se encajan y forman la pieza. ¡Cada vez me gustan más el origami modular!, quizás tenga algo que ver con lo de que también me haya dedicado a la arquitectura....


La mayor dificultad estaba, en que como no queríamos hacer unos alfiles muy grandes, tenía que partir de un módulo de menos de 2X4 cm y a partir de ahí hacer las distintas dobleces.

¡Como para gustos colores! una vez que el modelo estaba claro, venía el siguiente paso......¡que cuanto uno tiene tanto material se puede volver loca!...y es la elección de los distintos papeles.


Al final nos decantamos por 12 distintos, unos más vintage; otros con estampados con detalles pequeños para que se pudiesen apreciar y más modernos; y para las que les gusta lo más sencillo, en colores lisos.


Como detalle final y para que se pareciese más a una flor, en el centro llevaban pequeñas piezas metálicas en colores blanco, morado, cobre y plata vieja.



Una vez que tenia listos los 75 broches, ¡había que presentarlos como se merecían! así que lo empaqueté con todo el mimo que pude y personalizando tanto cada alfiler, como la caja, con tarjetas personalizadas.

Cada alfiler iba en etiquetas color crema en la que se podía leer las iniciales de los novios, la fecha de la boda y un "Muchas gracias", y es que lo que más te apetece un día así es poderlo compartir con la gente que quieres y eso hay que agradecerlo ¿no?



La caja la rematamos con un lazo de terciopelo rojo y una etiqueta decorada, con lo que acabará siendo parte de mi firma, corazones pequeños de origami, porque, si las cosas están hechas con corazón, se nota ¡o eso espero!


Lo bueno de estar invitada al evento, es que puedes ver, si además de a los novios, a las personas que van destinado les gusta.....y por los comentarios que pude escuchar ¡si!



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