LA LEYENDA DE LAS 1000 GRULLAS
LA LEYENDA DE LAS 1000 GRULLAS
Después de hablaros en varias ocasiones sobre la leyenda de las 1000 grullas, estaba obligada a contarla con más detalle y a contar la historia de Sadako Sasaki.
Pero antes de nada....¿Qué es una grulla? Las grullas son aves de espacios abiertos. Se desplazan dando zancadas con sus largas patas y recogen semillas e insectos con sus largos picos. Viven en bandadas y muchas de ellas recorren largas distancias para criar. Las distintas variedades de grullas tienen en común que se emparejan de por vida. Son muy fieles.
Como ya os he comentado anteriormente "Senbazuru" es como se llama una antigua leyenda japonesa según la cual, aquel que logre confeccionar mil grullas de papel, atadas por un hilo, recibirá su mayor deseo por parte de una grulla: animal que simboliza buena fortuna, longevidad, lealtad, protección, armonía y felicidad, dentro de la cultura japonesa.
Cabe destacar que elaborar las mil grullas de papel, no debe obedecer a un deseo superfluo, material o caprichoso. El poder despertado por este ritual está destinado a necesidades importantes, o deseos espirituales.
Las mil grullas de papel deben ser confeccionadas a través de la técnica del origami, que como ya sabéis, consiste en elaborar figuras de papel sin cortar o pegar el material, simplemente doblando los pliegues del mismo, lo cual es considerado una demostración de destreza en Japón.
Una vez elaboradas, son colocadas en templos o lugares al aire libre. La intención de este acto es entregar la energía del deseo al Universo, confiando en que será atendido, a medida que las grullas se desintegran en contacto con los elementos de la Naturaleza.
A mediados del siglo XX, las grullas se convertirían en símbolo de la paz a causa de la historia de Sadako Sasaki (1943-1955), una niña japonesa que deseó curarse de su enfermedad producida por la radiación de la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima.
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Estatua del Parque de la Paz de Hiroshima. La placa reza: “Éste es nuestro llanto, ésta es nuestra plegaria; paz en el mundo” |
"Hace 60 años, después de que cayeron las bombas en Hiroshima, murió mucha gente y otros sobrevivieron. Entre ellos una pequeña niña de 12 años llamada Sadako Sasaki, ella enfermó gravemente de leucemia a causa de la radiación.
Cuando supo de su enfermedad y de que no tenía cura, una amiga intento animarla y le contó la leyenda de las 1000 grullas de papel:
“Los dioses todopoderosos concederán un deseo a aquel que consiga plegar 1000 grullas de papel como recompensa a su esfuerzo y concentración que hace falta para lograrlo. Este trabajo se llama Senbazuru.”
La amiga plegó la primera grulla y se la entregó a Sadako deseando la cura de su enfermedad.
Sadako empezó a plegar las grullas, pensó que su deseo no sólo sería para curarse, sino también para que todo el mundo pudiera vivir en paz y no hubiera más guerras, pero no llegó a las 1000, murió con 644 grullas esperando despegar el vuelo a su alrededor.
Sus compañeros de colegio finalizaron las mil grullas y levantaron un monumento en su honor, una grulla dorada en el Parque de la Paz de Hiroshima. Abajo se lee una inscripción “ESTE ES NUESTRO LLANTO, ESTA ES NUESTRA PLEGARIA, PAZ EN EL MUNDO”.
Con el apoyo de más de 3.100 escuelas, no sólo japonesas sino también de otros 9 países, se consiguió el dinero suficiente para construir esta estatua de bronce de 9 metros de alto, que también recibe el nombre de “torre de las mil grullas”. La construcción se completó el 5 de mayo de 1958.
El Monumento a la Paz de los Niños, obra de los artistas japoneses Kikuchi Kazuo e Ikebe Kiyoshi, tiene una construcción sencilla, con un pedestal de tres patas sobre el que se sitúa la figura en bronce de la propia Sadako, que sostiene una grulla de origami. En lados opuestos del pedestal encontramos las figuras suspendidas de un niño y de una niña, que simbolizan un futuro brillante y esperanza.
Bajo el pedestal, y sobre mármol negro está la inscripción que os he comentado anteriormente.
Debajo de la estructura principal encontramos una grulla de origami hecha de bronce que sirve de campanilla, como si fuera una campanilla furin (que significa literalmente “campanilla de viento”). Colgando de esta campanilla hay grullas de origami, por supuesto.
Cada año, para el 6 de agosto, Día de la Paz en Japón, llegan miles de grullas de papel a Hiroshima desde todos los lugares del planeta. Los niños de la ciudad cuelgan las grullas en el monumento de Sadako, con la esperanza de transmitir este mensaje a todo el mundo.
Quizás para más de uno no tenga el final deseado, pero por otro lado, a mi me encanta porque soy de las que piensa que la ilusión y las ganas siempre tienen que existir pase lo que pase o se logre o no alcanzar el objetivo que uno se ha marcado. Además, cualquier camino se vive más intensamente y mejor con esperanza y ...con el apoyo de la gente que tienes alrededor ¿no? así que a seguir confiando en que entre todos un mundo mejor es posible....
Por todo ello, regalar grullas de papel se ha asociado con el hecho de querer desear salud, bienestar, felicidad y prosperidad. Se regalan, entre otros momentos, cuando nace un bebé, cuando una pareja se casa, cuando alguien está enfermo, o bien se pueden regalar a alguien que quieres o que es importante para ti.
Para hacer tu grulla (tsuru) solo necesitas: una hoja de papel cuadrada, un poco de paciencia y un buen deseo que te brote del corazón, o si no te ves capaz, también se lo puedes encargar a El avión de papel origami, que como siempre, pondrá todo su corazón en ello y entre los dos, seguro que conseguimos reunir la buena energía necesaria ;o)
Aquí os dejo un enlace a un pequeño vídeo donde se cuenta la historia de Sadako y las 1000 grullas de papel, y ya sabéis, si queréis, ¡entre todos nos ponemos a ello! quién sabe, quizás llenando el mundo de buenos deseos algo cambie.
Aquí os dejo un enlace a un pequeño vídeo donde se cuenta la historia de Sadako y las 1000 grullas de papel, y ya sabéis, si queréis, ¡entre todos nos ponemos a ello! quién sabe, quizás llenando el mundo de buenos deseos algo cambie.
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